Allá por el 2003 me teñi el pelo de azul y me fuí a recorrer la zona de los siete lagos con la mochila. Los planes se me demoraron un poco en La Angostura porque me torcí el pie caminando en la península y tuve que quedarme unos días más de hostel. Así que, cuando finalmente empecé a caminar, el primer lago al que entré para acampar fué al Espejo Chico (o Espejito para los amigos). Conmigo se bajó del colectivo un chico flaquito, que iba con su mochila y su anafe-portafolio en la mano.
Little did they know... A los cinco minutos estabamos hablando de ciencia ficción, Robert Sawyer, Le Guin y la mar en coche. No sé quien sorprendió más al otro, en realidad. Cuando me dijo que era biólogo molecular me lo quedé mirando como diciendo, "Vamos, vamos, sí, seguro". Supongo que se pensó que iba a ser más creíble aclarando "Pero claro, no trabajo de eso, soy librero".
Ha corrido mucha agua bajo el puente (pero él sigue siendo flaquito) y ayer defendió su tesis de doctorado. ¡Felicitaciones Luk!
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