lo escrito

lunes, 8 de diciembre de 2008

un día en la vida de una wwoofa (toma uno)

Una se levanta a la mañana en una casa que no es suya, se acicala, se calza los pantalones más gruesos que encuentra y las botas de goma y se va para la otra casa que tampoco es suya.



En la otra casa se saca las botas en la puerta y se entra, se saluda, buen día, buen día, qué tal, como está el clima. No, el servicio meteorológico de NZ tampoco funciona.
Se prepara el desayuno alegremente, que consta en general de unos mates (ya han pasado los comentarios risueños acerca de que el mate de una parece una pipa de crack, y de que si es legal o es ilegal, y se han hecho las demostraciones de rigor presentando a los anfitriones neozelandeces un mate cebado como se debe :) ) y de un par de rodajas de pan tostado con miel caserita de las abejas de acá (hoy me corrió una).
A eso de las 9:00 se enfila para el lado de la tarea de la mañana. Tarea de la mañana en estos pagos se define como algo que uno no haría en ningún otro momento que se lo pudiera pensar mejor. Ejemplo, mover esas piedras de acá hasta allá. O limpiar de arbustos espinosos (goarse) un campo en 45° de declive (puedo estar exagerando...). O clavar postes a la cerca. Por suerte a los guantes y ropa de trabajo se suman unos guantes dobles y un protector de brazos, invento japonés.



Cada tanto, cuando nos cansamos, nos sentamos un rato a recuperar el aliento. El ritmo es tranquilo. Pero el aliento escasea. :)

Cambio de tarea y el entretiempo es, muy british, con un té. Charla con G. y M. de economía y política internacional y de como la educación va para atrás y las financieras acá se funden y el valor de la propiedad baja y...

...cuando nos cansamos de deprimirnos, volvemos a trabajar con algo más livianito, para mechar un poco, como sacar raíces de la tierra donde se van a plantar verduritas o levantar hojas de comfry para fertilizante líquido o buscar hojas de bambú para las terrazas donde se plantan las anteriormente mencionadas verduritas.

¡Almuerzo! Dos sanguches que prepara M. Una de las mejores cocineras de la galaxia, sino del universo, acompañados de un técito. El otro día G. me mostró el álbum de fotos de la familia de él. Padre piloto en la segunda guerra (Dresden inclusive), madre técnica en electrónica de aviones. Ahora está casado con una japonesa y uno de sus mejores amigos es un alemán. Las guerras les sirven a los de arribita, nomás.

Y después del almuerzo vemos que nos toca. Algo más livianito para la tarde, como cascar nueces de macadamia y clasificarlas por tamaño, o bañarlas en chocolate usando ohashi.



O ir a buscar mariscos a la playa para el tempura de la cena.



O a seguir charlando con el comfry... o por ahí desyuyear alguna de las terrazas. Siempre trabajamos en patota, lo que lo hace más interesante. Cada tanto alguien pregunta o cuenta algo. A saber:

- Los planes de G. en los últimos años para el lugar donde estamos trabajando, que había ahí cuando llegaron. Qué va a haber en unos meses.
- Explicación de técnicas de construcción yanquis por L., la neoyorquina, que trabaja en el verano en un campamento de jóvenes.
- Autores japoneses por M., que estudió Literatura y que, claro, recomienda leer a Murakami Haruki. Le pregunté por Banana Yoshimoto y me dice que el primero es interesante por lo nuevo, pero que después siguió escribiendo lo mismo.
- Definiciones sobre el matrimonio, uniones civiles y esas cosas.
- Educación, educación, educación. No hay un panorama positivo acá tampoco.
- Comparativa de tradiciones o "buenas maneras" en tres o cuatro de las culturas que conocemos entre todos.
- Costumbres locales de... Argentina: vino en pingüinos, mate, día de los ñoquis; New Zealand: Tramping (no, no es eso, es montañismo), Rugby league (no es el común, no, este es "de hombrecitos"); Japón: cómo dejar los zapatos en la puerta, como darse cuenta que ya es hora de picarselas si uno empieza a saludar inclinándose cuando habla por teléfono.
- Cómo era irse de tramping acá en NZ hace unos 20 o 30 años.
- Anécdotas de viaje, comidas de viaje (el jamón y el queso en un pueblito de Italia, por ejemplo).
- Nombres de flora y fauna, local o importada; nombres de frutas, manera de prepararlas.
- Técnicas orgánicas (ah, claro, ¡me olvidaba!)
- Oh-tantas-cosas...

Y luego, a bajar mails, más té o mugui-cha frío si hace mucho calor. Y una ducha (dos quilos de tierra menos) y a cambiarse. Y a caminar por ahí o seguir con la compu hasta la cena.
En otra de las excursiones fotográficas de G., nos mostró fotos de sus épocas de buzo. Impresionantes los bichos en los mares de NZ.
La cena es a las 18:00, claro. Y esto de que el primer lugar por el que pase sea la casa de la mejor cocinera del universo conocido... va a complicar las cosas para el resto del viaje. G. y M. hacen su propio vino, de guava, de uva y también honey mead. Tengo que aprender a hacerlo, que es muy rico.

El sábado pasado cociné empanadas y este (hoy) voy a cocinar ñoquis de papa con salsa de crema, jamón y hongos. L. preparó el domingo algunas recetas de comida India del padre y de la hermana. Así que con eso y los okonomiyake, tempura, sushi, kuni-manju, tartas, oniguiri, pizzas y picadas multicolores y multicomponente de M., tenemos por lo menos 3 o 4 continentes cubiertos. Siempre cenamos con ohashi, excepto para las empanadas y los kunimanju, por razones obvias.

Y luego una se vuelve a la otra casa y se lee un rato, o se escribe algún artículo para el blog (como éste), o se repasa algo a ver si se inspira de una vez por todas y termina ése cuento de una buena vez (no, ése todavía no, Dany! :) ).

Y el día se termina mirando a Venus por la ventana (si no está nublado) y yéndose (una) a dormir.

5 comentarios:

Paula dijo...

Quién tuviera 15 años menos y no tantas responsabilidades encima...
Quiero esa vida para mi hija. Ojalá ella también quiera.

Paula dijo...

Che, acá estoy con Naty al lado que te manda saludos. :)
Escribí y pasame tu otro mail, que tengo nomás el de tu ex-laburo.

chalten dijo...

hola Bater, hola Naty! Ahí te paso el mail, beso!

Barbara Din Art dijo...

Cómo me gusta cómo croniqueás, nena! Ahora, por lo que leo, te hubieras venido a Gesell a poner el cerco o cambiar el techo y te quedabas más cerquit... ah, no, claro, no era la idea =)))
Me encanta que la estés pasando bien e intercambiando tanto mundo con nuestros hermanos humanos.

chalten dijo...

claro! que buena idea! jejeje... jijiiii... jojojo... digo... estem. No te creas que no se me ocurrió... pero sí, definitivamente, es mejor así ;) besos y a la vuelta vemos lo de esos cercos!