Para el acto por el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia del 2015 le pregunté a amig@s y vecin@s sobre qué era importante recordar. Salieron estas palabras, que leí antes del debate que hicimos en la escuela, sentada al lado de un banquito verde vacío, y que le dedico especialmente a mi amiga Susana.
Este texto comienza de dos maneras: empiezo por la más
“oficial”, el porqué estamos acá, en este momento: El Día Nacional de la
Memoria por la Verdad y la Justicia es el día en el que se conmemoran en la
Argentina las muertes de civiles producidas por la última dictadura militar. Es
el próximo martes 24 de marzo, porque un 24 de marzo de 1976 se produjo el
golpe de estado que tomó el control de las vidas y las muertes de los
argentinos por siete años.
El otro comienzo de este texto es
casi más personal. Jorge Rafael Videla, el dictador, miembro de la Junta, murió
en la cárcel que hay en mi pueblo, Marcos Paz. Tenía 87 años y, finalmente, había
sido condenado a cadena perpetua por el robo de bebes y niños durante los años
de esa dictadura. A veces me imagino que las familias de los 15 desaparecidos
de mi pueblo deben haber respirado un poco más tranquilas ese día. Pero nada
puede devolvernos al papá de Kamena (gremialista), o a la hermana de Alicia
(que era docente), ni al ex-intendente, a ninguno de ellos. Son 30.000, y cada
uno de ellos tiene alguien que los recuerda. Son las ausencias presentes.
Hay que decir que, en esos años
oscuros, el poder militar lo cubrió todo y nombró y tomó a sus enemigos.
Algunos de esos enemigos tenían la edad de ustedes, como los chicos de La
Plata, los de la Noche de los Lápices, algunos tenían la edad de nosotros, los
profes. Otros de esos “enemigos” ni
siquiera habían nacido. Este poder marcó, asesinó y encarceló sin juicios a sus
“enemigos”, y robó las identidades de sus hijos; pero se adueñó también de las
vidas de los otros, los que aprobaban y señalaban con el dedo a quienes
entrarían en la lista de enemigos o los
que acataban sin mirar, sin escuchar y sin hablar, por desconocimiento o por
miedo. El miedo es una gran herramienta de control, y la ignorancia también.
Por eso es importante recordar
algunas cosas de las que no podemos hablar todos los días, quizás porque son
demasiado dolorosas. Esta semana me visitó mi amiga Susana, por ejemplo. Su
estuvo desaparecida por un par de meses y la torturaron, junto con su hermana
Amalia, en un centro clandestino de detención. Nadie las había acusado de
ningún crimen, salvo sus ejecutores. ¿Qué significa exactamente estar
desaparecido? Nadie sabe dónde estás, si estás viva o muerto. Solamente se sabe
que “te llevaron”, “lo chuparon”, “desapareció”. No tenés identidad, porque tus
dueños han decidido que no sos una persona. Sos “el enemigo”. A ellas dos las
torturaron y a algunas otras de sus compañeras les hicieron cosas más duras
todavía. A otr@s de sus compañeros de militancia l@s mataron.
Ellas tuvieron la suerte de que, por
alguna razón, en algún momento las pasaron a la cárcel de mujeres de Devoto,
donde estuvieron unos años. Esto se llama: “las blanquearon”: estaban presas,
pero existían. De estas cosas me fui enterando
en fragmentos, por comentarios breves que fue haciendo en los veinte
años que nos conocemos. Hace muy poco que empezó a hablar más abiertamente conmigo de
estos temas. Pero nunca dejó de militar, de pensar y de hacer, a través del
camino que ella había elegido. Y nunca se olvidó.
Pensando en preparar estas palabras,
le pregunté qué era para ella lo más importante a recordar de la época del
golpe. Y me dijo que lo importante era recordar que había una parte de la
población que pensaba que la mejor alternativa era sacar al gobierno
democrático del momento, la pregunta que muchos se hacían era ¿qué iba a ser
peor que Isabelita y López Rega?
Acá juegan muchos factores, uno
importante era que faltaban pocos meses para las siguientes elecciones nacionales. La fuerza militar golpista no
actuaba en solitario, el golpe en Argentina había sido precedido por golpes en
Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia, todos perpetrados por la fuerza
militar de cada uno de estos países. Esto se conoce como el Plan Cóndor. Rodolfo
Walsh escribió, en su Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar,
publicada desde la clandestinidad en Marzo de 1977:
"Una política semejante solo
puede imponerse transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los
sindicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha
conocido la sociedad argentina. (…) Quince mil desaparecidos, diez mil presos,
cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra que desnuda de
ese terror.
Colmadas las cárceles ordinarias,
crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de
concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador
internacional."
También les hice la misma pregunta a otros amigos ¿Qué es lo
que tenemos que recordar? ¿Qué es lo que no hay que olvidar?
Jerry me dijo que uno toma más
conciencia con el cuerpo vivido en la situación. Todos tenemos nuestros derechos
como individuos, pero solamente los recordamos y los entendemos cuando nos
faltan. Ante la vulneración de derechos,
ése es el momento en el que tomamos conciencia. "No sé quien descubrió el agua", me
dijo Jerry, "pero seguro que no fue un pez."
Esto me hizo pensar en lo importante que es entender nuestros derechos y
valorarlos, y sobre todo valorar la vida en democracia, en “libertad”.
Una vecina, Florencia, la mamá de
Tadeo, dijo que lo importante es “Proclamar nuestra democracia, no caer más en
dictaduras, pero por sobre todo abrir nuestro espíritu y corazón e integrarnos
como sociedad y como sudamericanos.”
Con esto pienso en el valor que tiene entender nuestra historia y
nuestras relaciones con los otros pueblos latinoamericanos, en el contexto de
presiones imperialistas. Pienso en la situación de Venezuela en este momento y,
un poco más allá, pienso en la guerra en medio oriente, justificada por
supuestas armas de destrucción masiva que nunca se encontraron. El pasado nos
deja comprender el presente.
Susanita, ex-profe de nuestro
colegio, recuerda a Julio López, “¡Julio López Presente! Homenaje al tristemente
doble desaparecido del ‘que no se habla’”.
Seguramente muchos no saben quién es Julio López, secuestrado en
democracia, en el 2006, poco después de
declarar contra Miguel Etchecolatz, comisario encargado durante el Proceso de
uno de los centros de detención clandestinos de la provincia de Buenos Aires.
Omar, otro amigo, nos dice algo
parecido a lo que decía Susana: “En lo personal, creo que es necesario hacer
hincapié en los hechos históricos previos al golpe del ´76. Aquellos que
hicieron que gran parte de la población llegara a pensar que eso era lo mejor
que podía ocurrirnos a los Argentinos.
Es indudable que el Plan Cóndor no
sólo tenía como objetivo derrocar gobiernos democráticos en América Latina e
instalar dictaduras. Además, este macabro plan incluía el boicot económico y la
instalación en el inconsciente colectivo de que ejércitos terroristas querían
implantar el comunismo en estos países, como forma de persuadir a la población
para que apoyara los golpes de estado.
Es imprescindible conocer la historia
de estos hechos porque dejaron marcas profundas y dolorosas en la sociedad. Parafraseando
a Silvio Rodriguez; Esto es la Memoria: Un arma cargada de futuro.”
Diego, desde Villa Gesell, me habló
de los autores ideológicos de la teoría económica, que todavía hoy asesoran a
algunos políticos con sus recetas, la Universidad de Chicago con sus Chicago
Boys, como Domingo Cavallo, ministro de economía durante la presidencia de
Menem. Sabri dice que hay que continuar la lucha, algo de eso van a ver en el
video que sigue: qué mundo soñaban los que fueron perseguidos. Patricia
reflexiona sobre qué significan exactamente las palabras “Terrorismo de estado”.
Y Paola recuerda a los Normalistas, los estudiantes mejicanos desaparecidos
hoy, que nos siguen llamando a no olvidar y a actuar para que estas cosas no
sigan repitiéndose.
Hasta acá, muchas palabras fuertes,
¿no?: Terrorismo de estado, Golpe, Proceso, Dictadura, Desaparecidos…, algunos
no conocíamos estas historias… a otros, quizás, algunas de estas palabras hoy
nos suenan un poco más de cerca.
Para cerrar, Verónica nos recuerda
que lo importante es pensar y reflexionar sobre qué es “Lo que pasa en una
sociedad cuando el miedo hace que uno deje de participar y de preocuparse. Y la
falta de empatía y el cuidado del otro.”
Antes de ver el video y empezar el
debate, me gustaría que escuchemos a la actriz Cipe Lincovsky recitar un poema
atribuido a Bertol Brecht, que tiene muchas formas, pero que creo que nos
muestra una parte de esto que es tan importante: no tener miedo de defender el
derecho de los otros, porque ésos son también nuestros derechos.
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