Voy a ir publicando las palabras que escribí para algunos de los actos escolares. Éstas son las que leí el jueves pasado, recordando a don San Martín en este contexto tan oscuro por el que estamos pasando. Van a estar todas bajo la etiqueta "alusiones". Dedicado especialmente a mi amiga A., a quien en la primaria alguna maestra despistada e irresponsable le dijo que "aborigen" significaba "sin origen" (cuando significa "desde el origen"). Y pensando en que siempre es cierto eso de que el uso incorrecto del lenguaje introduce el mal en el alma.
"Compañeros del Ejército de los Andes: Ya no queda duda
de que una fuerte expedición española viene a atacarnos; sin duda alguna los
gallegos creen que estamos cansados de pelear y que nuestros sables y bayonetas
ya no cortan ni ensartan; vamos a desengañarlos. La guerra se la tenemos que
hacer del modo que podamos. Si no tenemos dinero, carne y un pedazo de tabaco
no nos han de faltar; cuando se acaben los vestuarios, nos vestiremos con las
bayetitas que nos trabajan nuestras mujeres y si no, andaremos en pelota como
nuestros paisanos los indios. Seamos libres y lo demás no importa nada. La
muerte es mejor que ser esclavos de los maturrangos. Compañeros, juremos no
dejar las armas de la mano hasta ver el país enteramente libre, o morir con
ellas como hombres de coraje."
Éstas eran las palabras que dirigía don José de San Martín al
Ejército de los Andes ante la avanzada española, en 1819, dos años después del
histórico cruce de los Andes. Ya la independencia de gran parte de Argentina y
Chile tenía bases sólidas, y la campaña libertadora iba hacia el norte, a
encontrarse con las otras fuerzas que surgían en toda América Latina.
Recordemos algunos de esos nombres: O´Higgins en Chile, Artigas de la Banda
Oriental; Belgrano, Güemes, Padilla y Azurduy en Perú, Bolivia y el norte de
Argentina; Bolívar en Nueva Granada, Colombia, Venezuela; Sucre también en
Colombia. Hombres y mujeres que lucharon para terminar con el control español
en la Patria Grande latinoamericana.
Como San Martín, según algunos testimonios hijo de Rosa Guarú,
muchos de los y las combatientes eran originarios o mestizos, indígenas que
protegían sus territorios de los conquistadores y a quienes muchas veces San
Martín se dirigió en sus propias lenguas: guaraní, o quichua, y que también
participaron de las operaciones de inteligencia, de escaramuzas y batallas, ya
que eran quienes mejor conocían cada territorio. Según Manuel de Olazábal, testigo presencial
de la reunión con los líderes mapuche-pehuenches en el campamento de El
Plumerillo., allí San Martín les dijo a los caciques indígenas: “Los he
convocado para hacerles saber que los españoles van a pasar del Chile con su
ejército para matar a todos los indios, y robarles sus mujeres e hijos. En
vista de ello y como yo también soy indio voy a acabar con los godos que les
han robado a ustedes las tierras de sus antepasados, y para ello pasaré los
Andes con mi ejército y con estos cañones… Debemos pasar por los Andes por el
Sur, pero necesito para ello licencia de ustedes que son los dueños del país”.
Aquí quiero notar algo importante: bucear en la historia
siempre es una tarea compleja, y hay múltiples miradas. Pero entender lo que
pasó, y cómo lo cuentan, nos permite entender el presente, y cómo nos lo
cuentan.
“Seamos libres, y lo demás no importa nada”. Ser libres como
países soberanos, para elegir cómo vivimos en sociedad, con quién comerciamos,
para elegir cuales son nuestras propias soluciones a nuestros propios
problemas.
Cuando Rondeau desde Buenos Aires, en ese año de 1819 le pide
a San Martín que use su ejército contra el de Artigas en el norte, San Martín
se niega y sube al Perú. En una de las cartas a Artigas explica: “Cada gota de
sangre americana que se vierta por nuestros disgustos me llega al corazón.
Paisano mío, hagamos un esfuerzo, transemos en todo y dediquémonos únicamente a
la destrucción de los enemigos que quieren atacar nuestra libertad. Unámonos
contra los maturrangos bajo las bases que Ud. crea y que el Gobierno de Buenos
Aires vea más conveniente y después que no tengamos enemigos exteriores sigamos
la contienda con las armas en la mano, en los términos que cada uno cree por
conveniente; mi sable jamás se sacará de su vaina por opiniones políticas, como
estas no sean contra los españoles y su dependencia”.
Ser libres implica, a veces, desobedecer las órdenes. Poder decidir y ser responsables del peso de
esas decisiones. Pero la libertad primera es la de los propios cuerpos: Al
llegar a Lima en 1821, San Martín prohíbe la esclavitud decretando que: “Todo
esclavo que desde esta fecha llegase al territorio independiente del Perú
quedará libre del dominio de su amo, por el solo hecho de pisarlo”.
Hoy, en 2017, a
doscientos años del histórico cruce de los Andes, tenemos que seguir pensando y
peleando por nuestras libertades. Hoy nuestros hermanos y hermanas originarios
siguen siendo negados de sus derechos y perseguidos cuando se organizan para
reclamarlos: Tenemos el caso del Lof en Resistencia Cushamen en Chubut, la
persecución a las organizaciones sociales como la Tupac Amaru en Jujuy y ahora
Mendoza; el continuo asedio al pueblo wichi en Formosa y Chaco. Ser libres
también es tener tierra y trabajo dignos. Y, recordando a esa niña que fui que
quería poder viajar en el tiempo para conocer al Libertador y preguntarle
cosas, me gustaría hoy poder preguntarle “Don José, ¿Cómo hacemos hoy para
pelear por nuestra libertad?”.
Cierro entonces estas palabras comprometiendo a quienes así
lo sientan, a seguir el camino de grandeza que nos marcó nuestro Libertador
General don José de San Martín. Gracias.
¿Querés saber más?
ARGENTINA: San Martín y el proyecto inconcluso de la Patria Grande (Resumen Latinoaméricano)
Libertadores (Wikipedia)
De San Martín y su “consulta” a los “Indios Traidores” hacia una historia más real (El Cuco Digital)
Cruce de los Andes (Wikipedia)
San Martín: "Seamos libres y lo demás no importa nada" (El Historiador)