lo escrito

domingo, 17 de septiembre de 2017

tierra y vivienda

(Este texto lo escribí para la Audiencia Pública sobre la Problemática Habitacional en nuestro pueblo que se hizo ayer en la Primaria. En el texto, le agradecí a la agrupación Vecinos Unidos por la solicitud de la audiencia pero, hasta que no ví la presentación de todos los datos que recolectaron y la información sobre el estado actual de los terrenos y la situación habitacional, no había entendido el alcance real de todo el trabajo que habían hecho. Así que doblemente gracias. Luego de la audiencia, me quedo con la idea de que estamos de acuerdo en que el pueblo tiene que crecer, hacia afuera, con reglas claras y planificación. 
Lamento la negativa del CAP a poner el número de terrenos sobre la mesa pero, sobre todo, lamento el motivo que adujeron. El pueblo de El Chaltén no se va a pelear por 20, 30 o 40 terrenos. El pueblo es solidario. Queremos que se planifique el crecimiento. Tenemos que pensar a largo plazo y actuar ahora en base a un plan claro.
También aprovecho para agradecer a las familias y amig@s que en un momento o en otro, me dieron una mano y me dejaron habitar sus lugares: Marina y Merlin, Flor y Lucas, Ana y Leo, Mónica y Gabriel. Y a los super carpinteros que en dos meses y medio hicieron aparecer una cabañita de la nada. Gracias.
¡Ah! Y todo esto... es político, profundamente político. No nos confundamos.)



Foto: Vecinos Unidos de El Chaltén
Agradezco a todas las personas que generaron este espacio, especialmente a la agrupación Vecinos Unidos, que solicitó la audiencia pública para que podamos acceder a la información actual y que los y las vecinas podamos hacernos escuchar.
Mi nombre es Laura [...], soy originaria de Buenos Aires, y vivo en El Chaltén desde el 2009. Voy a hacer un resumen de mi historia personal, que no es original, es la de muchas personas: Cuando llegué, vivía en el depósito de la agencia en la que trabajaba. Ése invierno, una familia amiga me prestó su casa y en la primavera encontré una cabañita para vivir y desarrollar mi actividad comercial. En 2011 empecé a trabajar como docente. La cabaña se inundaba cada vez que llovía hasta que pude enchaparla. A los dueños no parecía importarles mucho. No tenía ventilación en la planta alta, pero tenía contrato de alquiler. En febrero del año pasado me avisaron que no iban a volver a renovar el contrato, porque la iban a transformar en un alojamiento turístico o vender. Busqué, pero no encontré, una casa donde vivir dignamente y no tener que dejar más de la mitad del sueldo en alquiler. Muchos propietarios calculan el valor del alquiler como lo que puede pagar una pareja con dos trabajos.
Decidí construir una cabaña móvil, y una compañera de la escuela, otra familia amiga, me prestó una esquina de su terreno. A fines de octubre me pude mudar.
Lo que no incluí en el relato son las peregrinaciones al Consejo Agrario, las reuniones con sucesivos Presidentes y Vocales, las notas y documentación enviadas continuamente. En 2010 la Directora Arbilla me dijo que el proyecto que yo quería presentar no era lo que el pueblo estaba necesitando, así que lo modifiqué. En 2012, cuando vino el Director Cárcamo en el invierno pude abrir el expediente de pedido de tierras. Así que me emocioné cuando, en uno de los viajes a Gallegos en 2015, ví que mi carpeta tenía un papelito verde prendido con el texto “Separar para entregar terreno”. Pero llegó la última entrega antes de la Municipalización y éso no pasó. Y todo lo que es Tierras se puso en pausa, aunque vemos que cada tanto aparece algún alambrado nuevo.
En acciones concretas, lo que pido a las autoridades es la consideración de los siguientes puntos:
1.    Los alojamientos para el personal de temporada deben ser revisados para que cumplan condiciones dignas de habitabilidad e inspeccionados anualmente.
2.    Las viviendas destinadas a alquiler permanente también deben ser inspeccionadas. La Municipalidad debiera contar con un ente que regule y controle estos contratos. Pensemos que en muchas de las construcciones más precarias viven familias con niños ¿tenemos que esperar que haya otro accidente que cueste vidas por los problemas de calefacción y aireación de las casas?
3.    Sabemos que el pueblo de El Chaltén va a crecer. Tenemos que hacerlo con planificación y reglas claras de adjudicación de tierras para promover el desarrollo comunitario. El Consejo Agrario debe transferir la documentación a la Municipalidad y la Municipalidad debe acordar con los y las propietarias de las tierras lindantes al ejido actual: Parques Nacionales y Estancias. Debe revisarse la venta de las tierras aledañas a la propiedad de la familia Madsen. Por otro lado ¿Qué pasa con los terraplenes que se encuentran del otro lado del rio Fitz Roy, detrás de Vialidad Nacional?
4.    Sabemos que a los intereses privados se les hace agua la boca cuando piensan en aumentar sus propiedades aquí en el pueblo, o en “otros pueblos”. Es necesaria una regulación de la cantidad de tierra que individuos, empresas o socios de ellas pueden poseer para evitar la concentración. 
5.    Lo mismo con la especulación inmobiliaria. La tierra para quien la habita y desarrolla la comunidad, ya sea desde los sectores de infraestructura o de industria turística. Implementar trabas a la venta o transferencia de los terrenos adjudicados para vivienda o uso mixto.
6.    Asegurar que las organizaciones de desarrollo social, cultural y deportivo de la comunidad tengan un lugar central en la planificación. Hoy todas las fuerzas de seguridad y hasta el Banco Santa Cruz cuentan con terrenos, la única fuerza que realizó una construcción es Prefectura (les quedó linda). Los terrenos del Banco Santa Cruz, Gendarmería y Ejército Argentino deben ser re-adjudicados. Es una vergüenza que continúen aspirando a terrenos sin haber puesto un ladrillo en todos estos años.  A futuro, ésto se puede rever.
7.    Siempre pienso que no hay que desarmar lo que ya se construyó y funciona. La Agrupación Gaucha y las áreas de Reserva Urbana, no deben ser tenidas en cuenta como futuras áreas a construir. También, la Biblioteca Popular Mujer Pionera necesita definiciones sobre su espacio. Y el pueblo necesita espacio para que se desarrollen nuevas organizaciones culturales.
8.    El edificio del Secundario y del Jardín. Los necesitamos ya. Los y las estudiantes necesitan el espacio, la escuela necesita el espacio. Y esto es solamente una parte de la infraestructura que necesita la comunidad para desarrollarse… desde las cisternas de agua de SP que no dan abasto, pasando por una provisión de energía contaminante en ruido y gases y que depende de la transitabilidad de la ruta, el manejo de los residuos y hasta el Puesto Sanitario que todavía no cuenta con un pediatra (o una pediatra). Tantas cosas que muestran que necesitamos pensarnos y tomar decisiones a largo plazo desde nuestra localidad. Es hora.

Ya en el ´92 le dijeron a Anabel de La Choco que no había tierras en el pueblo. Yo miro alrededor y veo valles y estepa sin uso real. ¿Es necesario dañar el bosque? ¿Es necesario construir unos sobre los otros, cada vez más amontonados y peleados? ¿Que cada vecino se deba erigir en árbitro de quien se “merece” un terreno y quién no?
Desde el Preámbulo de nuestra Constitución se habla de “promover el bienestar general”. Sin planificación y reglas claras, sabemos que se generan conflictos entre vecinos. El Artículo 14 bis también declara que es responsabilidad del Estado garantizar el acceso a una vivienda digna.

Espero que, después de los testimonios que se escuchan hoy, se tome conciencia real de lo que necesitamos para el desarrollo de nuestro pueblo. Y se actúe. Gracias.

domingo, 10 de septiembre de 2017

escuela con espacios

(Estas palabras las escribí para el acto por el Día del Maestro que hicimos el viernes pasado. Quiero agradecer especialmente a las compañeras que me ayudaron a revisarlo y mejorarlo y a las personas que intervinieron con sus aportes durante las palabras. También a C., que esa mañana entró a la escuela para buscar unos papeles y, observando el 'caos creativo' de la previa del acto, dijo: "Qué buen ambiente que hay acá.".)



Al alejarse de los límites del Sistema Solar, en 1990, la sonda Voyager I tomó la fotografía conocida como “El punto azul pálido”… ¿la conocen? Es la imagen de la Tierra como un pequeñísimo punto luminoso rodeado de la vastedad del espacio. Tan pequeña como una de esas motas de polvo que se pueden ver flotar en los rayos de sol a la hora de la siesta, pero más solitaria.

En ese planeta, el único que conocemos, ocurren nuestras vidas. Tenemos ciudades, pueblos, cables que nos comunican para que podamos contarnos nuestras historias. Y una de las maneras que encontramos para transmitir ciertos conocimientos a las personas que van naciendo; para sumarlos a estas historias, es la profesión que ejercemos los y las docentes: la enseñanza. En un sentido más amplio, esto que llamamos educación y que hacemos estudiantes y docentes, y familias, y comunidad, aquí en la escuela.

A través de los tiempos fue tomando diferentes formatos, la escuela en Grecia era bastante distinta de nuestra escuela de hoy, sobre todo porque eran todos griegos y muchachitos, y nosotros y nosotras venimos de todos lados. Hasta hace unos 600 años, el territorio que ahora ocupamos y conocemos como Argentina era habitado por una variedad de pueblos originarios, que a partir de la Conquista fueron eliminados y que a partir de las sucesivas oleadas migratorias desde Europa fueron arrinconados y despojados ante el avance de lo que la persona cuya vida conmemoramos hoy como símbolo de la educación, el sanjuanino Domingo Faustino Sarmiento, consideraba “la civilización”. Civilización contra Barbarie, era el conflicto de esa época y, muy parecido a lo que nos pasa hoy, qué es civilización y qué es barbarie tiene mucho que ver con cómo entendemos y respetamos (o no)  las culturas, las tradiciones, las maneras de ser, de otras personas que, por otro lado, también somos nosotros, porque somos el resultado del mestizaje de las sucesivas conquistas y de la construcción de un país con múltiples raíces.

La Argentina, pensaba Sarmiento, tenía que tomar la cultura europea y estadounidense como ejemplo. Para esto, durante su presidencia y teniendo como Ministro de Educación a Nicolás Avellaneda (que sería Presidente a continuación de Sarmiento), se crearon cientos de escuelas, la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (CoNaBip), la Biblioteca Nacional del Maestro. Todas estas instituciones existen hasta hoy (hasta los gorriones siguen por acá), así que la impronta de Sarmiento como modelador de nuestra Argentina de hoy no puede ser ignorada. Tanto en sus aspectos positivos como en los negativos. Para Sarmiento, la escuela era igualadora y su ideal de normalización era la civilización europea.

Pero acerquémonos un poco más a nuestra escuela. La Secundaria de hoy debe ser bastante distinta a los Liceos de aquella época, ya entrados los mediados del siglo XIX, en los alrededores de 1870. Hoy, a unos 150 años y habiendo atravesado un siglo XX signado por interrupciones continuas de gobiernos democráticos, nos encontramos en el período democrático de mayor duración, ya van 34 preciosos años de vida democrática en nuestro país. Y uno de los grandes cambios que nos resulta interesante pensar hoy es la obligatoriedad de la educación secundaria. Piensen que cuando muchos de los y las profes estudiaron, solamente podían acceder a la educación secundaria aquellas personas que querían o cuyas familias los obligaban (no vamos a pensar que todo era color de rosa). O sea, las personas con medios económicos para estudiar, sin necesidad de trabajar. Hoy, el estado debe garantizar que todas las personas menores de 18 años puedan completar sus estudios hasta por lo menos el nivel secundario. Esto es un gran logro. ¿Porqué?, les pregunto a ustedes, ¿porqué podemos pensar que es un logro que se garantice la educación desde el estado? [Una estudiante responde que la educación es importante para el futuro, un compañero docente aporta sobre el valor de la educación para la comunidad y los intereses de quienes nos quieren ignorantes.]

Yo creo que cuanto más cuestiones podamos comprender del mundo que nos rodea, por qué es cómo es, cómo podría ser mejor, todo eso, podemos también ser seres humanos más enteros (y enteras). Y también ser un poco más libres. Tener menos miedo a los demás.

Por supuesto todo esto no lo aprendemos solamente en la escuela, en la escuela nos acercamos, docentes y estudiantes, a un tipo especial de conocimiento. Y tratamos de acercarnos a las Ciencias, los Lenguajes, las Artes, como podemos, juntos.

Este año vino bastante difícil. Empezamos con la Secundaria tomada por toda la comunidad, reclamando por las cuestiones mínimas que necesitamos para poder tener clases todos los días. En particular la comunidad docente de nuestra provincia se vio bastante afectada este año por las tensiones entre el gobierno nacional y el provincial. Ustedes saben que en la mayor parte de las localidades, las clases no empezaron hasta que volvimos de las vacaciones de invierno. No solamente reclamamos, como trabajadores, para que nuestros sueldos se mantengan actualizados con relación a los tarifazos y a la inflación, también reclamamos por los edificios, su mantenimiento, la calefacción, la limpieza. Hoy no tenemos garantizado el servicio mínimo de limpieza que necesitamos y yo me pregunto, cuando me encuentro barriendo la Sala de Informática porque no se llegó a poder limpiar… ¿Qué tan limpia necesita estar la escuela? ¿Qué tan aptas necesitan ser las instalaciones eléctricas? Yo creo que, para empezar, las condiciones edilicias tienen que ser las mejores. ¿Con qué ojos pueden mirar los y las políticos a las nuevas generaciones, cuando la realidad es que se juega continuamente a reducir los costos? No importa si hay un poco de tierrita en los escritorios, si los tubos de iluminación nos despedazan la vista o si hace un poco de frío en las aulas. Como profesional y como ser humano, éso me ofende profundamente.

También reclamamos por la estabilidad del sistema educativo, que los y las profes no tengan que estar recargados de horas para poder vivir, y poder dedicar más tiempo a preparar clases y mejorar su formación. Todas las personas debemos tener los medios para vivir dignamente. El reclamo de cada sector organizado es importante, porque mejora las condiciones de vida de todos.

Hace poquitos meses, estuvo Taty Almeida en Calafate, una de las Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora. Taty es la mamá de Alejandro Almeida, desaparecido por la Triple A cuando tenía 20 años. Ella es maestra y le quise preguntar qué nos podía decir a quienes somos docentes acerca de cómo transmitirles a ustedes los ideales que tenían los jóvenes como su hijo. Me respondió que no podía decirnos nada, con todo lo que estábamos haciendo con las movilizaciones, la construcción gremial, y el sostener el trabajo con ustedes en este contexto que quiere tender a recortar derechos. Por eso es importante el trabajo que hacemos desde las escuelas; docentes, estudiantes, familias y comunidad: porque, entre otras cosas, sostiene derechos que costaron mucho.  Inclusive costaron vidas. Pienso en los chicos de la Noche de los Lápices, que la semana que viene, el 16 de septiembre, se cumplen 41 años de sus desapariciones forzadas por parte de las fuerzas del estado. Ellos reclamaban por un derecho que hoy existe: el boleto estudiantil.

La solidaridad entre los sectores, la unidad en la lucha por las conquistas sociales y laborales son importantes para sostener estos derechos. Da bastante para pensar que últimamente desde el poder se intente convencer a la población de que el enemigo son los sindicatos, los pueblos originarios, las organizaciones sociales, la política. Es importante que desde la comunidad educativa pensemos y analicemos, que desarrollemos nuestras herramientas para comprender la realidad en la que vivimos. Una sociedad realmente justa y democrática tiene espacio para todas las personas.

Entonces, retomo las preguntas ¿Qué escuela necesitamos hoy? ¿Qué cosas y cómo necesitamos aprender en la escuela? ¿Qué significa enseñar hoy? Éste espacio que habitamos, estas paredes que no limitan la escuela ¿Cómo lo llenamos de contenidos? ¿Cómo hacemos una escuela más humana? Es algo que tenemos que hacer entre todos, los profes aportando saberes y afectividad en los vínculos. Lo primero creo que nos sale más naturalmente que lo segundo; pero sin vínculos humanos sabemos que los contenidos no alcanzan. Desde cada estudiante, necesitamos compromiso, una conexión a ésto que estamos haciendo acá adentro, y que es valioso para ustedes, sus familias y para la comunidad de nuestro pueblo. Si la escuela de hoy no es la escuela de Sarmiento, y tampoco es la escuela en la que los y las profes estudiamos, creo que es porque es nuestra escuela, la escuela de ustedes como estudiantes y también de nosotros como docentes, que se habita y construye desde cada espacio, cada materia, el Centro de Estudiantes, el Somo’ Nosotro’, los DAP, las preceptorías, Tutorías, Mercedes, el equipo Directivo, los Consejos de Convivencia y Consultivo (cuando volvamos a armarlos) los y las profes, los gabinetes de asesoría, etc.


Sigamos aportando a construir y mejorar nuestra escuela desde cada lugar que ocupemos.